Por
Luis Javier Ruiz[1].
Los
procesos de degradación y afectación al Ambiente, en consecuencia al planeta por parte de la
actividad Humana y su vertiginoso proceso de desarrollo en los últimos 50 años
son evidentes, aunque algunas de esas alteraciones graves al ambiente no logren
ser determinadas a simple vista, existen algunas que se hacen parte de la
cotidianidad de las pequeñas y grandes ciudades del mundo; en este caso, nos
referimos al problema de la generación de basura y demás desechos sólidos, sean
estos de origen domésticos o de procesos industriales.
Las
dimensiones de este problema son de tal magnitud que años tras años los
organismos internacionales mediante la Organización de Naciones Unidas han
sostenido una ardua tarea de exhortación a los Gobiernos y Estados del mundo
para estos mantengan en sus agendas de Políticas
y Presupuestos Públicos los temas relativos
a la gestión de desechos y residuos sólido y las acciones para la preservación ambiental.
El
problema de la basura y los desechos sólidos
representa en definitiva un reto de gestión ambiental de mayor impacto, en
especial en las grandes zonas urbanas. ¿Qué se entiende como desecho sólido?
Los residuos o desechos sólidos conocidos comúnmente como basura, desecho o
residuo, están compuestos por residuos orgánicos (alimentos, excedentes de comida,
etc.), cartón, papel, madera y en general materiales inorgánicos como vidrio,
plástico y metales. Estos residuos provienen generalmente de actividades
domésticas, servicios públicos, construcciones y establecimientos comerciales,
así como de residuos industriales que no se deriven de sus procesos (CEPAL,
2016)[2].
Entendiendo
que la explicación anterior resume la totalidad de la vida actual de las
sociedades, se puede indicar entonces un problema que afecta a la mayoría de las
sociedades mundiales, situación de la que Venezuela no es ajena.
En
un contexto nacional, según datos de la CEPAL (2016), en Venezuela cada
habitante produce entre 600 a 1500 gramos de basura por día, lo que indica un
promedio de generación coincidente con la mayoría de los países de América
Latina, unas 45 mil toneladas diarias de residuos o desechos sólidos.
Instituciones y Gobernanza
Desde
una perspectiva legislativa, Venezuela cuenta con amplias Leyes en materia
ambiental, de igual forma, cuenta con una ley vigente especializada exclusivamente
en la gestión integral de la basura; “Ley
de Gestión Integral de la Basura”. Es un instrumento que desarrolla todos
los elementos necesarios para gestionar en todos sentidos el problema de la
basura, y dejar de tratar el asunto como un simple servicio público más. No
obstante, la realidad, el carácter aplicable de la ley aún es limitado en diversas áreas. Por
mencionar algunas de las carencias institucionales que imposibilitan la
aplicación real de este instrumento; no
existe un cuerpo institucional que se encargue y actúe como ente rector del tema de la
gestión y aprovechamiento de los desechos y residuos sólido con capacidad de
actuación real a nivel nacional, a pesar que la misma Ley demanda la creación
del Consejo Nacional de Gestión Integral de la Basura.
Es en este contexto de deficiencia institucional, se plantea la urgente creación del Consejo Nacional de Gestión Integral de la Basura, como la estipula el Artículo 13[3] de la Ley de Gestión Integral de la Basura. El consejo nacional tiene establecida sus facultades así como sus atribuciones, entre las que destacan ser una instancia de de consulta, concertación y decisión, para la coordinación, supervisión, fiscalización y asesoría en materia de gestión de los desechos y residuos sólidos a nivel nacional. También tiene la cualidad de convocar a los demás integrantes del Consejo que la Ley obliga, entre ellos representantes de los Ministerio de Interior, Justicia y Paz, Ministerio de Salud, Ministerio de Salud ,así como el Ministerio con competencia en Ambiente, institución base para la creación del Consejo para la Gestión integral de la Basura.
En la actualidad Venezuela cuenta con el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo, ente nacional dependiente del Poder Ejecutivo con las todas las atribuciones y potestad en materia ambiental. Dentro de esta institución rectora de los asunto ambientales existe un dirección nacional con responsabilidad en materia de gestión de la basura; Dirección General para el Aprovechamiento de la Basura. La realidad de esta oficina hasta ahora ha sido de inoperatividad absoluta, empezando porque el trabajo de ingeniería institucional, construcción de instrumentos y reglas para su operatividad es muy baja o inexistente. Sin embargo, la simple existencia de esta oficina nacional, es un gran paso para avanzar hacia la consolidación de un ente institucional capaz de ofrecer un soporte, gestión y planificación nacional en materia de desechos y residuos sólidos.
La existencia de un espacio institucional para gestión integral de la basura con capacidad de actual real se hace cada vez más necesaria, entre otros elementos, por el crecimiento de las principales ciudades del país, así como por la necesario generación de políticas públicas con visión de futuro y planificación urbana para la próxima década.
Entre los aportes y responsabilidades que debe tener el Consejo Nacional para la Gestión Integral de la Basura, la Ley ,en su artículo 15 establece que deberá aprobar el Plan Nacional para gestión integral de los desechos y residuo sólidos, apoyar técnica, administrativa y científicamente a los demás entes regionales, municipales y locales en la gestión integral de la basura y desechos en general, proponer al Presidente de la República la declaratoria de áreas en crisis ambiental o sanitaria, según aplique el caso, así como promover la creación de empresas públicas y privadas para la gestión y aprovechamientos de los desechos y residuos en las ciudades del país.
La puesta en marcha del Consejo Nacional la para la Gestión Integral de la Basura resultará en una especie de sala situacional permanente que deberá velar por todos los asuntos vinculados a la administración de los espacios, gestión y aprovechamiento de la basura, así como la constante búsqueda de estrategias para minimizar o mitigar el impacto ambiental que genera la acumulación de desechos y residuos sólidos en áreas urbanas del país. Además, incentivar y promover nuevos esquemas económicos a partir del aprovechamiento y reciclaje de productos desechas por la población. La propuesta del Consejo Nacional debe estar apegada a la realidad institucional venezolana, por lo tanto, los gestores impulsores deben romper las barreras que imponen los procesos lentos de la burocracia nacional, el Consejo no debe ser un ente ejecutor; debe ser un espacio para la planificación, articulación, diseño e impulso de los proyectos y realidades que experimentan los gobiernos municipales, que en última instancia seguirán teniendo la responsabilidad y facultad en la gestión de los desechos, debido a su carácter próximo a la población.
En la actualidad en problema de la gestión de la basura a
quedado bajo responsabilidad de los Gobiernos Municipales (Alcaldías), para estos,
más allá de la posibilidad de otras ventanas económicas y políticas
ambientales, es una problema de servicios públicos. Es ese sentido que resulta
pertinente dar otros enfoque, buscar en los conceptos de la económica circular
algunas alternativas para el aprovechamiento de los desechos y residuos en
Venezuela, y en consecuencia contribuir a mejorar las aéreas ambientales
afectadas por la disposición de grandes cantidades de basura en las zonas
periféricas de los centros urbanos. También es preciso tener en cuenta lo
elementos de económicos y de trabajo subterráneo que se logran evidenciar en
las personas que se dedican al reciclaje informal.
Es importante definir criterios organizativos para la
búsqueda de un plan nacional de reciclaje y gestión de los desechos sólidos,
que está bajo la rectoría y observación del Consejo Nacional previamente
mencionado. Para ello, es conveniente tomar en consideración algunas
recomendaciones estipuladas por la CEPAL (2016) donde se explican de forma práctica
cuáles son los elementos fundamentales en los que se deben regir los planes y
proyectos en las áreas de gestión y aprovechamiento de los desechos y residuos
sólidos.
Los
principios rectores del plan nacional para la gestión de los desechos y
residuos sólidos a considerar son los siguientes:
1. Principio de jerarquía en la
gestión de residuos; la
idea central de este principio es evitar la generación de residuos. En los
casos donde sea inevitable la generación de desechos y residuos, se considera
la aplicación de las internacionalmente conocidas tres “R”; reducir, reutilizar
y reciclar.
2.
Principio de gestión integrada; fundamentalmente se basa en la idea de que una
sola gestión o un solo responsable del plan no puede ejecutar la mejor gestión,
por lo tanto, se requiere de la participación de todos los niveles
institucionales, sociales, políticos y económicos con responsabilidad en la
gestión de los residuos y desechos. Es en este espacio donde el fundamento de
la Gobernanza se hace presente como factor dinamizador de una responsabilidad
colectiva.
3. Responsabilidad
extendida del productor; al respecto
se debe considerar en todo momento, que los fabricantes, importadores y
distribuidores de artefactos, piezas y partes contaminantes poseen
responsabilidad directa sobre los efectos causados al ambiente. Por lo tanto,
deben procurar un manejo corresponsable para su reutilización, disposición
final o almacenaje de forma segura y oportuna. En tal sentido, los fabricantes,
importadores y distribuidores son fundamental en la planificación del proyecto.
4. Los
instrumentos económicos; el facto incentivo
económico tal vez sea uno de los elementos que mayor movilidad le proporcione a
todo proyecto. En este aspecto, se debe procurar la generación instrumentos
económicos para incentivar, premiar o motivar al resto de la sociedad, empresas,
individuos e instituciones a contribuir en la gestión de los desechos y
residuos sólidos.
5. Reducción de los residuos peligrosos; quizás este representa un elemento cada vez más relevante en la gestión de los desechos, la administración de los desechos y residuos peligrosos es cada vez mas importante para reducir los impactos contaminante de mayor gravedad al ambiente. Los desechos peligrosos son en esencia un punto a parte que requiere cada vez más un tratamiento con alto valor científico y técnico, pero además, de una estrategia de conciencia colectiva a partir de la educación e instrucción a la población de los riesgos que implican la incorrecta disposición en el ambiente de los desechos y residuos peligrosos.
Finalmente, la simple mención de estos cinco principios, debe dar una orientación general para la configuración de un plan nacional de gestión de desechos y residuo sólidos, amparado y tutelado por el consejos nacional de gestión de la basura, órgano institucional que debe dar vida y actividad permanente, como parte de una acción de Estado, y no como un proyecto transitorio de “administraciones de gobierno” en determinados momentos, puesto que la generación de desechos y residuos no para, así como tampoco se reducen los niveles de alteración, modificación y contaminación de los espacios ambientales necesario para los equilibrios de los ecosistemas que al ser alterados, impacta negativamente en la vida humana y de los poblaciones, toda vez que, la contaminación a causa de una gestión errada de los desechos sólidos conduce a efectos negativos a la calidad de los suelos, aire, agua y zonas boscosas.
La Gobernanza para gestión integral.
Dentro de todas las consideraciones para el análisis sobre la gestión de los desechos y residuos sólidos debe prevalecer la mirada sobre la forma de organización política y social con la que se pretende hacer frente al problema ambiental. Sin duda alguna, es un asunto para la Gobernanza, más allá de la dureza del Estado como ente regulador en la convivencia social y política de la sociedad.
¿Qué es Gobernanza? ¿Para qué se invoca esta definición
en este asunto? La Gobernanza se entiende como una interacción deseada entre las
instituciones del Estado, empresas, población, grupos de presión política
organizados, así como organismos de carácter internacional. Esta interacción
sólo buscará una armonización de propuestas,
recursos, planes e incentivos para el logro de los objetivos definidos entre
todas las partes interactuantes. Es en esta sentido que la gobernanza en la
gestión de los desechos sólidos en Venezuela, aún no posee la fuerza necesaria
para consolidar un sistema nacional integrado de gestión de la basura, desechos
y residuos peligrosos.
Es una situación que más allá de las consideraciones técnicas y económicas, está determinada por una disminuida voluntad política en las partes que deben ser convocadas. Las experiencias, planes y proyectos al respecto existen, algunos en marcho otros en proyectos sin respaldas financieros o apoyos del Estado, lo que se requieres es la voluntad como política de Estado, utilizando el soporte que presta la Ley de Gestión integral de la Basura, las instancias de Gobierno nacional, estadal y municipal pueden generar las condiciones necesarias para la gobernanza en la gestión de los desechos y residuos.
En el marco de los Objetivos del Desarrollo del Milenio, bajo lo lógica de una visión sostenible del desarrollo, la Ley de Gestión de la Basura, abre las puertas para crear las condiciones necesarias para un proyectos de gobernanza en las gestión de los desechos sólidos a largo plazo, se podrá incluso, utilizar experiencias en otras zonas del mundo como reflejo o espejo de cómo coordinar esfuerzos y voluntades para lograr disminuir el impacto negativo al ambiente que originan la prácticas inadecuadas en la gestión de los desechos y residuos.
Dentro de algunas experiencias en la región de América
Latina, la CEPA (2016) analizó un plan ejecutado en la Ciudad de Cuenca, Ecuador.
Este proyecto fue considerado como parte de las iniciativas innovadoras que
buscan dar respuestas comunes bajo la lógica de la Gobernanza en la gestión de
los desechos sólidos. El plan consistió fundamentalmente en la creación de la
Corporación Municipal del Reciclaje. Esta corporación estaba bajo la
responsabilidad política, administrativa y jurídica de la Alcaldía de Cuenca,
cuyos años de inicio de dan en la década de los noventas. La corporación, así
como en normal en todas las alcaldías, se encargaba de los servicios de
recolección de los desechos, distribución y disposición final, pero además,
empleaba métodos para la generación de humus que servían para los trabajos de
ornato y mantenimiento de espacios y áreas verdes de la ciudad.
El trabajo se realizaba junto a organizaciones civiles, organizaciones ambientalistas sin fines de lucro, así como con empresas privadas de reciclajes encargadas de la generación de empleos locales a partir de los procesos de reutilización, y transformación de los desechos reutilizables en productos o materia prima para subproductos derivados.
Todo el trabajo se
empleaba bajo métodos de la naciente teoría de la “economía circular”, en
especial a pequeñas escalas o en grupos de trabajos distribuidos
geográficamente en puntos determinadas de la ciudad. Un proyecto integral de
estas magnitudes pretende mantenerse en el tiempo, no solo como un mecanismo
para reducir el impacto de la generación de desechos, también como un factor
generador de fuentes alternativas de ingresos y sustento económico a
poblaciones vulnerables o en situación de pobreza extrema, que por lo general
se ubican en las zonas periféricas de los grandes ciudades. De igual forma, se
puede convertir en un laboratorio educativo permanente para los niños y niñas
de los sistemas educativos primarios, tanto públicos como privados.
Consideraciones finales.
Los efectos de la mala gestión de los desechos y residuos sólidos van desde la erosión constante de los suelos cultivables, como la contaminación de las fuentes de aguas, así como la emisión constante de gases contaminantes del aire, son razones suficientes para comenzar a pensar el problema de la basura como parte de las políticas de Estado en América Latina, puesto que incluso, se ha considerado este problema como uno de los causantes del atraso en el desarrollo de la región[4].
Según la ONU (2018)[5] en la región de América Latina se producen al menos unas 541.000 toneladas de basura diariamente, lo que equivale al 10% de la producción mundial, el problema se agudiza cuando traemos sobre la mesa de discusión al dato de que también es una de las regiones con mayor espacios de reservas biodiversas del mundo, en tal sentido, el problema de los desechos y residuos pasa a ser un asunto de interés en los políticas ambientales para los Gobiernos y organismos internacionales presentes en la zona.
Otros de los grandes retos de la región, en datos de la ONU (2018)[6] está en las capacidades de reciclaje en los países, puesto que según sus estimaciones, el 90% de la basura producida no se recicla y se aprovecha bajo ninguna forma o estrategia, lo que indica que todos desechos y residuos terminan en rellanos sanitarios o espacios a cielo abierto, generando grandes impactos ambientales negativos a corto, mediano y largo plazo. De igual forma, resulta urgente trabajar en materia legislativa y en políticas públicas para la correcta gestión de los desechos y residuos peligrosos que circulan dentro de los países de la región.
Finalmente, Venezuela cuenta con los recursos legales vigentes para continuar en la construir de instituciones garantes de la gestión integral de los desechos sólidos, no obstante, es preciso la construcción de estrategias para lograr la voluntad política de los decisores en materia de presupuestos públicos que permitan la puesta en marcha del Consejo Nacional para la Gestión Integral de la Basura, así como el fortalecimiento de las oficinas nacionales del Ministerio con competencia en materia ambiental que se encargan de la generación de políticas públicas en materia de aprovechamiento de la basura.
Una
vez consolidado estos espacios, se podrá construir una novedosa red nacional
institucional con capacidad de incidencia en la gestión municipal de la basura,
así como en el aprovechamiento ambiental, social y económico de los desechos y
residuos que producen nuestras
principales ciudades. Es preciso reinterpretar el problema de los
desechos y residuos, no es solo un problema de servicios públicos, es un
problema ambiental, social y económico, que con la correcto gestión podrá abrir
nuevas ventanas que podría cambiar las condiciones económicas y ambientales de
diversos grupos poblacionales que están vinculados o afectados por la gestión
integral de los residuos y desechos sólidos.
[1] Politólogo. (ULA/Venezuela). Twitter: @ruizluisja /Instagram:ruizluisja .
[2] CEPAL (2016). “Guía General para la Gestión de Residuos Sólidos Domiciliarios” UN.CEPAL. Santiago de Chile. Pág. 15
[3]
Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (2010) “Ley de Gestión Integral de la Basura”.
Gaceta Oficial Nº 6.017 Extraordinario del 30 de diciembre de 2010
[4] ONU (2018). “Cómo la basura afecta al desarrollo de América Latina”. https://news.un.org/es/story/2018/10/1443562
[5] ONU (2018). “Cómo la basura afecta al desarrollo de América Latina”. https://news.un.org/es/story/2018/10/1443562
[6] ONU (2018). “Cómo la basura afecta al desarrollo de América Latina”. https://news.un.org/es/story/2018/10/1443562
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